¿Puede utilizarse la naltrexona para tratar a las mujeres embarazadas con adicción a los opioides?

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De los tres medicamentos aprobados actualmente para tratar la adicción a los opioides, el antagonista de acción prolongada naltrexona, que impide que los opioides se adhieran al receptor opioide mu, es el más nuevo y el menos estudiado. Sin embargo, la brecha de investigación se está cerrando: Un estudio reciente publicado en Lancet descubrió que la naltrexona de liberación prolongada era igualmente efectiva para reducir el uso ilícito de opioides como el agonista parcial buprenorfina si los pacientes podían iniciar el tratamiento con naltrexona. El inicio requiere la desintoxicación de los opioides previa (ya que la naltrexona provoca síntomas de abstinencia en los consumidores dependientes de opioides), lo que puede ser un impedimento para algunos pacientes. Aún así, este hallazgo señaló la promesa de la naltrexona como un enfoque de tratamiento eficaz, así como la necesidad de investigar cómo superar el "obstáculo de la desintoxicación" cuando se usa un medicamento antagonista para tratar el trastorno por uso de opioides.

A medida que la naltrexona se usa más ampliamente en el tratamiento de los trastornos por uso de opioides, necesitamos aprender más sobre si podría ser segura y efectiva para las mujeres embarazadas adictas a los opioides. En un estudio de cohorte retrospectivo reciente en Australia publicado en Drugs, los bebés nacidos de mujeres dependientes de opioides que fueron tratados con un implante de naltrexona tuvieron tasas más bajas de síndrome de abstinencia neonatal y estadías hospitalarias más cortas que los bebés nacidos de madres tratadas con buprenorfina o metadona; tanto la naltrexona como la buprenorfina se asociaron con tasas más bajas de mortalidad neonatal y anomalías congénitas que la metadona. Sin embargo, existieron limitaciones para el estudio, incluyendo el hecho de que no fue controlado.

Se sabe poco acerca de los efectos en el feto de la desintoxicación de opioides, el requisito previo para el tratamiento con naltrexona. Además, dado que se cree que la señalización opioide juega un papel en el desarrollo neurológico, es importante saber cuáles pueden ser los efectos del bloqueo de esa señalización. Debido a las dificultades para realizar estudios controlados en humanos, la mayor parte de lo que sabemos sobre los efectos de la exposición prenatal a la naltrexona proviene de la investigación con animales, y algunos estudios apuntan a posibles riesgos, al menos en dosis mucho más altas que el equivalente en humanos.

Una revisión reciente en Pharmacotherapy resumió algunos de estos descubrimientos. Por ejemplo, las ratas expuestas prenatalmente a la naltrexona mostraron efectos posteriores en el desarrollo y el comportamiento, incluyendo un aumento de la autoadministración de morfina. También se constataron pesos mayores al nacer, longitudes corporales más largas y pesos de órganos más elevados en las crías de rata expuestas a dosis muy altas de naltrexona. Y aunque no se han observado defectos de nacimiento en animales, se han producido abortos espontáneos en ratas y conejos tratados con dosis muy altas de naltrexona. Una revisión en Neuropsychopharmacology de la investigación sobre los efectos de las drogas en el desarrollo, incluyendo los opioides y los medicamentos para la adicción a los opioides, muestra varios efectos posibles de la naltrexona en el desarrollo neurológico en estudios con animales, incluidas las alteraciones en el tamaño del cerebro, la expresión y función de los receptores opioides, y desarrollo neuronal alterado. Pero nuevamente, estos resultados se observan con dosis muy altas de naltrexona, y es difícil generalizar a partir de la investigación con animales cuando las dosis son tan diferentes a las que estarían expuestos los humanos.

También es fundamental recordar que el trastorno por consumo de opioides no tratado durante el embarazo tiene consecuencias adversas graves y ampliamente conocidas para el bebé. Además del síndrome de abstinencia neonatal (también llamado síndrome de abstinencia de opioides neonatal), las consecuencias pueden incluir retraso en el crecimiento, trabajo de parto prematuro, convulsiones fetales y aborto espontáneo. Los riesgos indirectos incluyen infecciones maternas (VIH, hepatitis C), desnutrición, atención prenatal deficiente y peligros asociados con la búsqueda de drogas (p. ej., violencia, prisión).

Hendrée Jones y sus colegas señalaron en Addiction [página eliminada] hace unos años que a medida que un número cada vez mayor de mujeres son tratadas con naltrexona, algunas pueden quedar embarazadas mientras la usan, por lo que es urgente averiguar cómo se compara, en materia de seguridad, con otros tratamientos para la adicción a los opioides. Ellos pidieron un enfoque cauteloso en las mujeres embarazadas, sopesando cuidadosamente los beneficios y los riesgos potenciales. La urgencia de realizar investigaciones sobre esta cuestión continua en aumento. Si la naltrexona consigue se mostrar una alternativa eficaz y segura para las mujeres embarazadas con trastornos por el uso de opioides, se sumaría a las opciones de tratamiento disponibles para esta población y tal vez reduciría un poco el terrible número de víctimas de la adicción a los opioides.