Un nuevo descubrimiento ilustra el vínculo cerebral entre la nicotina y la diabetes

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Los fumadores tienen entre un 30 y un 40 por ciento más de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, una enfermedad en la que el cuerpo pierde la capacidad de producir o utilizar insulina, lo que provoca un exceso de glucosa en la sangre y un uso inadecuado de la glucosa como combustible celular. La diabetes puede tener muchas consecuencias graves, como enfermedades cardíacas y renales, ceguera y mala circulación que provocan úlceras y amputaciones. Las personas con diabetes también tienen más dificultades para dejar de fumar. Hasta hace poco, se pensaba que el vínculo de la nicotina con la diabetes tenía que ver con la inflamación y el estrés oxidativo causado por las sustancias químicas del humo del cigarrillo, pero un grupo de investigadores dirigido por Paul J.Kenny, de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, ha descubierto un mecanismo cerebral insólito relacionado específicamente con la nicotina.

Imagen
Image of cigarette and vaping device with smoke
Courtesy of NIDA

Cuando los investigadores eliminaron un gen específico asociado a la diabetes en ratas descubrieron, inesperadamente, un aumento en el consumo de nicotina de las ratas, pero también un efecto protector contra la manifestación de la diabetes. Esto reveló que este gen, llamado factor de transcripción 7-tipo 2 (Tcf7l2), desempeña una doble función: Regula la capacidad de respuesta celular a la nicotina en un área del cerebro llamada habénula, que es importante en las respuestas aversivas a estímulos, y también controla una vía que une la habénula con el páncreas, donde se produce la insulina.

Cuando los receptores de nicotina acetilcolina en la habénula de animales normales (con Tcf7l2) son activados por la nicotina, se estimula una respuesta aversiva al fármaco que limita la ingesta de nicotina, pero también inhibe que el páncreas libere glucagón e insulina; esto a su vez aumenta la glucemia y, por lo tanto, el riesgo de diabetes. Sin embargo, el aumento de azúcar en la sangre también inhibe las neuronas de la habénula que liberan los receptores de nicotina acetilcolina, por lo que el aumento de azúcar en sangre reduce la respuesta aversiva del cerebro a la nicotina, lo que fomenta un mayor consumo.

Aunque solo se ha descubierto hasta ahora en un modelo animal, el mecanismo identificado por Kenny y sus colegas también apunta potencialmente a una consecuencia para la salud de la adicción a la nicotina aplicable al vapeo y a otros sistemas de suministro sin combustión, no solo a los cigarrillos. Junto con los compañeros que fuman cigarrillos, el 21 por ciento de los estudiantes del último año de la escuela secundaria que informaron vapear nicotina (en el último mes), según la encuesta Monitoring the Future del año pasado, podrían estar poniéndose en mayor riesgo de contraer una enfermedad que tradicionalmente se ha asociado con dietas de mala calidad y con malos hábitos alimentarios.

El cerebro y el cuerpo están intrincadamente interconectados, y la ciencia continuamente aporta más evidencia de esto. El descubrimiento de una conexión mediada por genes entre la habénula y el páncreas nos lleva a pensar en las formas en que los circuitos cerebrales podrían conducirse al tratamiento de la diabetes tipo 2. También nos convida a ampliar nuestra imaginación al considerar otros procesos patológicos, que normalmente pensamos que involucran órganos o sistemas periféricos. Por ejemplo, ¿será que otras enfermedades relacionadas con el tabaquismo, como la hipertensión arterial y las enfermedades cardíacas, también podrían tener un componente cerebral mediado por la nicotina o incluso por otras sustancias adictivas? Estas son solo algunas de las muchas preguntas fascinantes que plantea este nuevo descubrimiento, que se publicó esta semana en la revista Nature.

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