Uno de los principales factores de riesgo de una muerte por sobredosis de opioides es haber tenido una sobredosis anterior. El sentido común y una cantidad cada vez mayor de investigaciones sugieren que los pacientes con trastorno por consumo de opioides que reciben atención urgente en una sala de emergencias tendrán menor riesgo de sufrir una nueva sobredosis si reciben una dosis inicial de medicamentos para tratar dicho trastorno. Lamentablemente, son muy pocos los departamentos de emergencias que han adoptado esta práctica como procedimiento estándar y, en consecuencia, se están perdiendo vidas.
Según un nuevo informe publicado por Delaware Drug Overdose Fatality Review Commission (en inglés), la mitad de las personas que murieron por sobredosis en Delaware en la segunda mitad de 2018 habían sufrido anteriormente una sobredosis no fatal, y más de la mitad de las muertes por sobredosis (52%) ocurrieron en los tres meses siguientes a una visita a la sala de emergencias. Incluso se observó que en la mayoría de los casos de las visitas que no se debían a una sobredosis, había habido señales visibles de un trastorno por consumo de opioides. Por lo tanto, el informe recomendó conectar con el tratamiento apropiado a los pacientes que acuden a una sala de emergencias con señales obvias de un trastorno por consumo de opioides. Idealmente, la medicación para el trastorno por consumo de opioides debería iniciarse antes de que el paciente deje el hospital, ya que de ese modo habrá un mejor desenlace clínico.
Aun sin contar con una exención, los proveedores de servicios en la sala de emergencias están autorizados a administrar buprenorfina o metadona un número limitado de veces a pacientes bajo su cuidado, y varios estudios han demostrado el beneficio de iniciar la administración de buprenorfina en el departamento de emergencias en vez de simplemente referir al paciente a un tratamiento. Por ejemplo, un estudio financiado por el NIDA que llevaron a cabo investigadores de Yale y fue publicado en JAMA (en inglés) en 2015 mostró que la administración inicial de buprenorfina en el departamento de emergencias estuvo asociada con menor consumo de opioides y mayor participación en el tratamiento en los 30 días siguientes al alta.
Hay pruebas sustanciales de que los medicamentos para el trastorno por consumo de opioides previenen las sobredosis. Por ejemplo, un estudio prospectivo de cohorte de 17,568 sobrevivientes de sobredosis de opioides en Massachusetts que se publicó el año pasado en Annals of Internal Medicine (en inglés) halló reducciones importantes en el riesgo de sobredosis en los doce meses siguientes en las personas que recibieron tratamiento con metadona o buprenorfina. Aun así, solo el 30% de quienes habían sufrido una sobredosis recibieron medicamentos para el trastorno por consumo de opioides. Esta última estadística es alarmante, porque la muestra referida tenía claramente un alto riesgo de sobredosis. Aún más alarmante es el hecho de que al 34% de quienes habían sido tratados por sobredosis les recetaron analgésicos opioides en los doce meses siguientes a pesar de sus antecedentes de sobredosis, y el 26% recibió benzodiacepinas, que al ser depresores respiratorios aumentan el riesgo de sobredosis en quienes usan drogas opioides en forma indebida o están en tratamiento con altas dosis de opioides recetados para controlar el dolor.
Es crucial que los médicos de urgencias y los sistemas de salud en los que trabajan estén al tanto de la importancia de asegurar la evaluación de los pacientes con respecto al trastorno por consumo de opioides y, en los casos en que se detecte, asegurar que reciban tratamiento apropiado, idealmente con la administración inicial de buprenorfina antes de ser dados de alta. Además, a los pacientes que acuden a salas de emergencias por una sobredosis o que evidencian algún otro signo de trastorno por consumo de opioides se los debe enviar a casa con naloxona y con instrucciones sobre cómo utilizarla para revertir una sobredosis de opioides. Esta fue otra recomendación del informe de Delaware. Cuatro de cada cinco sobredosis fatales examinadas por la comisión estatal ocurrieron en una residencia privada, y en la mayoría de los casos (93%) no había naloxona disponible. Hay abundantes investigaciones que muestran los beneficios literalmente vitales que aporta la distribución de naloxona, no solo a las personas adictas a los opioides o a quienes los utilizan en forma indebida, sino también a pacientes con dolores que están siendo tratados con altas dosis de medicamentos opioides; y en todos los casos, beneficia igualmente a sus amigos y familiares.
Ampliar el papel protagónico de los departamentos de emergencias en la epidemia de opioides a menudo significa educar a los colegas y modificar la cultura del hospital. Muchos médicos de emergencias no se sienten adecuadamente preparados para derivar a un paciente o tratarlo con buprenorfina, y a menudo hay impedimentos logísticos —reales o percibidos—, tal como obtener autorización previa de las compañías aseguradoras. Debemos alentar a los médicos de emergencias para que completen el entrenamiento necesario para obtener una exención (en inglés) para recetar buprenorfina, lo que aumentará tremendamente su confianza y capacidad para responder a pacientes con trastornos por consumo de opioides.
El sitio NIDAMED del NIDA incluye historias relatadas directamente por médicos que iniciaron tratamiento con buprenorfina en la sala de emergencias y recetaron naloxona a pacientes con trastornos por consumo de opioides (en inglés). Gail D’Onofrio, la investigadora principal del estudio de JAMA de 2015, plasmó las conclusiones del estudio en prácticos videos para médicos de salas de emergencias, los cuales también están disponibles en el sitio de NIDAMED. Además, el NIDA ha creado un amplio conjunto de recursos adicionales para ayudar a los médicos de emergencias a iniciar el tratamiento con buprenorfina. La publicación Iniciación del tratamiento con buprenorfina en el departamento de emergencias (en inglés) incluye una guía paso a paso para el tratamiento con buprenorfina, instrucciones para el alta, videos instructivos para la interacción del médico de emergencias con un paciente con trastorno por consumo de opioides y otros materiales útiles.
El sistema de cuidado de la salud todavía no está haciendo la suficiente para aprovechar una herramienta valiosa en la crisis de opioides: el uso de las visitas a la sala de emergencias para iniciar a los pacientes con trastorno por consumo de opioides en la medicación y proporcionarles naloxona. Estas formas simples de intervención ayudarían significativamente a reducir la alarmante cantidad de muertes causadas por los opioides en este país.