Las complejidades socioeconómicas de la adicción: lecciones de Kensington, un vecindario de Filadelfia

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En el mes de septiembre, recibí una invitación de Thomas Farley, comisionado de salud de Filadelfia, para ver personalmente de qué manera la ciudad está respondiendo a la crisis de opioides. Junto con otros miembros del grupo directivo del NIDA, recorrimos las instalaciones de Prevention Point, una organización privada sin fines de lucro que ofrece servicios de mitigación de daños en Filadelfia y las áreas circundantes. También visitamos la unidad de salud del Departamento de Prisiones de la ciudad, donde recientemente iniciaron un programa que entrega medicamentos a los prisioneros adictos a los opioides, y me reuní con algunos trabajadores de difusión y alcance comunitario de Temple University que operan una unidad de tratamiento móvil que entrega medicamentos y brinda servicios de salud conductual para la adicción a los opioides, además de proporcionar cuidados básicos para la atención de heridas.

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Prevention Point
Photo courtesy of Prevention Point
Feria de salud de Prevention Point Philadelphia

El índice de muertes por sobredosis en Filadelfia se disparó esta última década. Ha excedido en más del triple la cantidad de muertes por homicidio y ha superado en forma significativa la cantidad pico de muertes por el sida ocurridas en 1994. Con un quinto de la población de Manhattan, Filadelfia tiene casi la misma cantidad de muertes por sobredosis. Fue una experiencia conmovedora no solo ver los desafíos que enfrenta la ciudad con un problema de opioides persistente, sino también el compromiso y la dedicación de la gente que trabaja día a día para ayudar, sin olvidar el esfuerzo de quienes luchan contra su propia adicción en medio de problemas socioeconómicos sumamente arduos.

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Mobile wound treatment unit
La clínica de tratamiento de lesiones de Prevention Point ofrece atención gratuita y especializada para el cuidado de heridas a toda la población

Siempre que les pregunto a quienes están en el frente de batalla de la lucha contra las drogas qué otras cosas podemos hacer para respaldar y facilitar su tarea, ellos me recuerdan cuán esencial es abordar las necesidades básicas de las personas adictas: estabilidad y seguridad de vivienda, alimentos, atención médica básica y oportunidad de empleo, entre otras. En el campo de la adicción, hemos reconocido la importancia de abordar estas necesidades básicas como parte del apoyo para la recuperación. En efecto, es crucial comprender que estas necesidades deben ser satisfechas, incluso antes de que una persona esté en recuperación estable, a fin de facilitar que pueda siquiera comenzar a recuperarse. Nadie puede recuperarse de una adicción si no tiene vivienda, está aislado y está luchando para encontrar comida y seguridad.

Ubicada en Kensington, uno de los barrios de Filadelfia más afectados, Prevention Point —que surgió hace tres décadas en respuesta a la crisis del sida— ofrece medicamentos para el trastorno por consumo de opioides (buprenorfina y naltrexona), distribuye kits de naloxona para revertir las sobredosis de opioides y provee jeringas estériles para reducir el riesgo de infecciones. También ofrece pruebas de VIH y hepatitis C, derivación para el tratamiento cuando es necesario, cuidado de heridas (las personas que se inyectan drogas con frecuencia sufren infecciones) y conexión con tratamientos de salud conductual.

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Naloxone overdose reversal kit
Prevention Point Philadelphia entrena a las personas en el uso de la naloxona, un medicamento que puede revertir una sobredosis de opioides

Además, el centro proporciona vivienda temporal y comidas, realiza gestión de casos y brinda una amplia variedad de otros servicios no médicos a quienes no tienen un hogar y están luchando contra la adicción. Esos servicios incluyen servicios legales y de correo postal para pacientes que de otra manera estarían imposibilitados de procesar o recibir los formularios y documentos necesarios. Bajo la excelente dirección de José Benítez, director ejecutivo, y Silvana Mazzella, directora ejecutiva adjunta, Prevention Point brinda estos servicios en una antigua iglesia con un presupuesto muy limitado (financiado con fondos públicos y privados).

Debido a que su tarea de apoyo y atención a individuos adictos a las drogas es muy visible, Prevention Point es aceptado por algunos en la comunidad, pero rechazado por otros. Hay quienes ven el tratamiento como una competencia del mercado de drogas; otros temen la manera en que podría afectar la posibilidad de renovación y gentrificación del vecindario. Los servicios para la drogadicción han estado históricamente segregados del resto del sistema de salud pública, ese “problema que nadie quiere cerca” ha sido durante mucho tiempo un factor principal en la dificultad de acceso al tratamiento.

Nuestra visita a Filadelfia me hizo ver claramente por qué es necesario abordar el estigma que todavía rodea a la adicción a los opioides y su tratamiento. También confirmó por qué la solución de la crisis requerirá un enfoque integral que incluya el tratamiento con medicamentos y la mitigación de daños (el intercambio de agujas, por ejemplo), además de la gestión de casos y una variedad de servicios no médicos que puedan atender las necesidades básicas de las personas, entre ellos la ayuda que necesitan para establecer relaciones sociales significativas.

Es indispensable que llevemos a cabo más investigaciones para encontrar maneras de hacer llegar en forma eficiente esos servicios y apoyos a todas las comunidades que los necesitan, tanto urbanas como rurales. La tarea requerirá más participación colaborativa entre los investigadores y los proveedores de servicios dentro de la comunidad, los voluntarios y las personas que sufren de trastornos por consumo de drogas; el estudio HEALing Communities (en inglés), que se está poniendo en marcha en cuatro estados donde el problema tiene gran impacto, es un comienzo.

También aliento enfáticamente a los científicos que trabajan en otros aspectos de la investigación de la adicción a que pasen tiempo con los proveedores locales de servicios para la adicción a fin de observar en forma directa los desafíos que enfrentan quienes están en el frente de batalla, y a que visiten vecindarios que se han visto devastados por la adicción y hablen con las personas afectadas. Ello puede ser un recordatorio valioso de cómo todos los aspectos de la vida de una persona —desde el empleo hasta la vivienda y las relaciones interpersonales— pueden constituir una vulnerabilidad o un factor positivo en el camino hacia la superación de la adicción.