Programa del NIDA para la investigación del VIH: una antigua prioridad del Instituto continúa bajo un nuevo nombre

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HIV Research Program

Durante décadas, una importante porción de la cartera de investigación del NIDA se ha dedicado a financiar la ciencia en el punto de intersección del consumo de drogas y el VIH (virus de inmunodeficiencia humana), debido a la naturaleza entrelazada de estos dos trastornos de salud. El uso de elementos de inyección compartidos es uno de los principales modos de transmisión vírica, y el consumo de muchos tipos de drogas aumenta la probabilidad de practicar sexo de alto riesgo sin protección. Las investigaciones demuestran que los trastornos por consumo de drogas exacerban los efectos del VIH en el organismo, reducen la eficacia de la terapia antirretroviral, actúan como una barrera para acceder a la prevención y al tratamiento, impiden la búsqueda de cuidado y reducen la probabilidad de permanencia en el tratamiento.   

Dentro de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), el NIDA cuenta con la segunda cartera más grande de investigaciones relacionadas con el VIH, luego del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID). Nuestra cartera es diversa y abarca desde la ciencia básica hasta investigaciones sobre estrategias de implementación. El NIDA creó su programa de investigación del sida, AIDS Research Program (ARP) (en inglés), en 2004 con el fin de coordinar la investigación entre las entidades del Instituto y fomentar la ciencia transformativa para abordar los trastornos por consumo de drogas y el VIH. Ahora, para describir mejor nuestra inversión científica mientras nos internamos en la tercera década del siglo, y a fin de ayudar a combatir el estigma que aún se asocia con el VIH, hemos decidido darle a esta oficina el nombre de HIV Research Program (en inglés) (Programa de Investigación del VIH). Es un cambio de nombre, pero la misión permanece invariable.

Muchas cosas han cambiado en el terreno del VIH y su investigación desde que se fundó el programa ARP. El sida es una enfermedad —con frecuencia fatal— de graves daños al sistema inmunitario que ocurre cuando el virus de inmunodeficiencia humana, o VIH, no se trata. Pero gracias a tratamientos antirretrovirales, la mayoría de las personas con VIH en Estados Unidos no desarrollan sida.  En consecuencia, la investigación del NIDA ahora se centra en el virus mismo y en las muchas maneras en que continúa entrelazándose con el consumo de drogas y la adicción. Hoy en día, es más preciso decir que la investigación del NIDA está enfocada en el VIH, no en el sida.  

Además, el cambio de nombre alinea mejor a nuestro Instituto con el deseo de pacientes, familias y comunidades de que se use un lenguaje menos estigmatizante. La palabra “sida” puede evocar las imágenes inquietantes de los primeros días de la pandemia de VIH, cuando no existía tratamiento, las opciones de prevención eran escasas y muchas personas sucumbían a la enfermedad extrema. Los medicamentos antirretrovirales que se crearon a fines de la década de 1990 permitieron que el VIH pasara de ser una enfermedad fatal a ser un trastorno controlable con el que se puede vivir, y ahora sabemos que esos medicamentos también pueden prevenir la transmisión del VIH.

Mientras que la realidad de muchas personas que viven con el VIH ha superado las imágenes de la era inicial, el activismo alrededor del sida ha desempeñado un papel fundamental en los avances científicos y sociales en los últimos 40 años. Los activistas del VIH y el sida revolucionaron el concepto de defensa y reivindicación de quienes padecen enfermedades y contribuyeron información que ayudó a mejorar la tarea de los Gobiernos, los científicos, la medicina y la industria, tanto en Estados Unidos como en el mundo. El avance que hacemos hoy honra esas contribuciones.  

Los adelantos científicos de las dos últimas décadas han sido instrumentales para reducir el estigma del VIH, pero todavía nos queda un largo camino por recorrer para eliminarlo. El estigma del VIH se interseca con el de los trastornos por consumo de drogas, que continúan siendo uno de los problemas de salud más estigmatizados. Tanto en el caso del VIH como en el de la drogadicción, los activistas han hecho énfasis en la importancia de destacar que los medicamentos y otros tratamientos permiten que las personas lleven una vida vibrante, larga y sana. Y ni el VIH ni un trastorno por consumo de drogas deben definir al individuo.

La inversión del NIDA en la investigación del VIH ha hecho avanzar la ciencia en formas significativas. Por ejemplo, más de diez años atrás, respaldamos el trascendental estudio (en inglés) que demostró que el tratamiento del VIH en personas que se inyectan drogas actúa como prevención y reduce la transmisión comunitaria y el nivel de carga viral de la comunidad. El NIDA también financió un ensayo de fase 3 (en inglés) que comprobó que al tratar el trastorno por consumo de opioides con medicamentos se mejoran la carga viral, el recuento de células CD4 que combaten infecciones y la permanencia en el tratamiento del VIH, por lo que ese tipo de tratamiento es vital para la atención de este virus. Recientemente, otro estudio realizado a través de la Red de Ensayos Clínicos del NIDA (en inglés) demostró la exitosa integración de pruebas de detección del VIH con el tratamiento de trastornos por consumo de drogas.

Aunque el programa cambia de nombre, el compromiso del NIDA con la investigación del VIH, el presupuesto del Instituto para el VIH y sus prioridades de investigación de este virus no se modifican. Continuaremos apoyando una amplia variedad de estudios, desde la ciencia básica de la patogénesis del VIH y la respuesta inmunitaria en presencia de sustancias adictivas hasta investigaciones sobre la viabilidad y aceptabilidad de nuevos productos para la profilaxis previa a la exposición (PrEP) entre personas que consumen drogas. Además, científicos financiados por el NIDA están actualmente investigando las intersecciones de los trastornos por consumo de drogas, el VIH, la inequidad racial y el COVID-19, y colaborando con los esfuerzos para crear una vacuna contra el VIH.

Estoy orgullosa de los logros de la oficina que ahora se llama HIV Research Program (en inglés), que cuenta con la competente dirección de la Dra. Redonna Chandler y la asistencia de la Dra. Vasundhara Varthakavi. Anticipo muchos años más de investigación de vanguardia con el fin de crear e implementar intervenciones eficaces de prevención y tratamiento del VIH y de los trastornos por consumo de drogas y eliminar la transmisión del VIH entre quienes consumen drogas.