La semana pasada recibí con inmensa tristeza la noticia de la muerte de Paul Bowman. Paul era un defensor y mentor de recuperación entre sus pares en Boston, Massachusetts, y fue una de las voces líderes de la iniciativa HEALing Communities Study (HCS), que está probando maneras de integrar varias prácticas basadas en la investigación para reducir significativamente las sobredosis de opioides en 67 localidades de Estados Unidos. Paul era el asesor del Comité Directivo Nacional para la rama del HCS en Massachusetts. Su propia vivencia de recuperación y adicción, que incluía su experiencia con el uso de medicamentos para tratar su trastorno por consumo de opioides, constituía un punto central de su trabajo y enriqueció su labor con HCS. Hago llegar mi más sentido pésame a su familia, sus colegas y a todos quienes lo conocieron y lo amaron.
Paul deja un legado extraordinario. Como trabajador social y activista en recuperación, Paul dedicó su vida a luchar por los derechos y la dignidad de las personas con trastornos por consumo de drogas en Boston. Luchó por un mayor acceso a medicamentos para tratar el trastorno por consumo de opioides, el uso de naloxona para evitar las sobredosis, la implementación de medidas de mitigación de daños para prevenir otras consecuencias negativas y la ampliación del acceso a la vivienda. Como asesor de recuperación de sus pares, guio a muchos a través del tratamiento y la recuperación, brindándoles aliento y comprensión. También realizó una tarea incansable para combatir el devastador estigma que rodea a la adicción.
El obituario de Paul habla más sobre su vida e informa sobre su muerte súbita a raíz de una sobredosis de drogas. Esta noticia pone de relieve cuán difícil puede ser el camino de la recuperación y cuán esencial es el apoyo compasivo y continuo en cada etapa. Debería reforzar nuestra resolución de apoyar a quienes sufren un trastorno por consumo de drogas y hacer todo lo que podamos para terminar con esta crisis letal.