Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) y el NIDA trabajan para acabar con el racismo estructural en el ámbito de las ciencias biomédicas

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Ending structural racism logo

Desde la violencia racista hasta el impacto desproporcionado de la COVID-19 en la población negra de Estados Unidos, los eventos del último año han vertido una cruda luz sobre las desigualdades raciales que persisten en nuestra sociedad. Desafortunadamente, la ciencia no está inmune a esas desigualdades. Las personas negras y otros grupos que han sido marginados enfrentan una variedad de desafíos desde el mismo comienzo de su formación educativa, y el resultado a largo plazo es que menos individuos de esos grupos poblacionales siguen carreras científicas. Hay abundantes investigaciones que demuestran que las personas negras y los integrantes de otras minorías que efectivamente se convierten en científicos ven su camino obstaculizado más adelante por prejuicios inconscientes que influyen sobre el éxito que logran en su trabajo académico.

Hoy, el director de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) Francis Collins anunció el lanzamiento de UNITE (en inglés), una iniciativa que abarca a toda la organización y busca terminar con el racismo estructural en las ciencia biomédicas. UNITE está dirigida por cinco comités integrados por expertos de los 27 institutos y centros que conforman los NIH. Su tarea es identificar nuevas maneras de apoyar la diversidad, la equidad y la inclusión. El objetivo es eliminar toda política de los NIH que perpetúe el racismo y descontinuar las prácticas que tengan tal efecto en nuestra ciencia. Los NIH también están recabando opiniones del público y de partes interesadas fuera de la organización a través de varios mecanismos, entre ellos una solicitud de información publicada hoy (en inglés). El sitio web de UNITE contiene más detalles (en inglés).

El NIDA comparte plenamente el objetivo de desmantelar el racismo estructural en nuestra ciencia y abordar tanto el largo historial como las maneras actuales en las que el racismo ha moldeado los enfoques dirigidos al consumo de drogas y la drogadicción. En julio, establecí la Iniciativa para la Equidad Racial del NIDA (en inglés) con el propósito de organizar nuestra tarea para eliminar el racismo dentro del ámbito laboral del NIDA, en el personal científico y en la cartera de investigación. Se crearon grupos de trabajo integrados por dedicados voluntarios de las distintas divisiones del NIDA —incluido nuestro programa interno de investigación IRP (Intramural Research Program) en Baltimore— para tomar medidas en esas tres áreas. Como una importante inversión inicial, el NIDA ha destinado $100,000 durante los próximos 10 años a esta iniciativa.

A través de una extensa serie de sesiones informativas de escucha hemos podido identificar las áreas que necesitan atención en el ámbito laboral del NIDA, los efectos del racismo en el personal de investigación del NIDA y la disparidad de investigación en la cartera del Instituto. Esto generó la expansión de las iniciativas para el desarrollo de la fuerza laboral del NIDA a un ámbito más amplio de educación y etapas profesionales, desde aumentar la concienciación sobre las carreras científicas entre los estudiantes de kindergarten-12.o grado de grupos minoritarios subrepresentados hasta promover la diversidad racial y étnica en las sociedades profesionales. Por ejemplo, hemos establecido un programa piloto de pasantías que brinda a los estudiantes vinculados con University of Maryland, con la iniciativa STEM BUILD del condado de Baltimore y con el programa de becas Meyerhoff Scholars Program la oportunidad de realizar tareas de investigación en laboratorios de nuestro IRP; STEM BUILD y Meherhoff están concentrados en mejorar la diversidad en el personal de ciencias biomédicas y conductuales. También realizamos una reunión científica (en inglés) el mes pasado para ayudar a moldear iniciativas de investigación sobre las disparidades de salud y el impacto que tiene el racismo en los desenlaces y las consecuencias del consumo de drogas y la drogadicción.

Los efectos de las estrategias punitorias en respuesta al consumo de drogas deben ser un punto de atención especial al momento de abordar el racismo estructural y los impactos que tiene sobre la salud. Como dije el verano pasado, los índices de consumo de drogas entre las personas blancas y las personas negras en Estados Unidos son similares, pero el castigo se centra en forma abrumadora en las personas negras. La cantidad desproporcionada de arrestos y encarcelamientos de personas negras genera múltiples efectos adversos en las familias y las comunidades negras, incluida la contribución a las disparidades de salud. Un nuevo estudio en Lancet Public Health, por ejemplo, muestra que el encarcelamiento está asociado con la muerte prematura por una variedad de causas. En la reunión de la Sesión Especial sobre Drogas de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2016, las 193 naciones miembro votaron unánimemente para reconocer que los trastornos por consumo de drogas deben ser considerados problemas de salud pública (en inglés), no castigarse como delitos penales.

Debemos aprovechar el impulso de este momento en la historia para desmantelar el inaceptable racismo estructural que ha frenado el progreso biomédico y ha perpetuado las disparidades de salud en nuestra sociedad. Al dedicar al NIDA a este importante fin, apoyo y me uno a la iniciativa de Francis Collins y los Institutos Nacionales de la Salud.