A los pocos minutos de inhalar el humo de la marihuana, la frecuencia cardíaca se acelera, las vías respiratorias se relajan y se expanden y los vasos sanguíneos de los ojos se dilatan, por lo que los ojos se ven enrojecidos. La frecuencia cardíaca, que normalmente es de 70 a 80 latidos por minuto, puede aumentar de 20 a 50 latidos por minuto o incluso duplicarse en algunos casos. Este efecto puede intensificarse si se consumen otras drogas en combinación con la marihuana.
Algunos datos sugieren que el riesgo de sufrir un ataque cardíaco que tiene una persona durante la primera hora después de fumar marihuana es casi cinco veces más alto que su riesgo natural.73 Esta observación se podría deber en parte a que la marihuana eleva la presión arterial (en algunos casos) y la frecuencia cardíaca y reduce la capacidad de la sangre de transportar oxígeno.74 La marihuana también puede causar hipotensión ortostática (vértigo o mareos al ponerse de pie), lo cual puede aumentar el riesgo de sufrir desmayos y caídas. Con frecuencia, la exposición repetida da lugar a que se adquiera tolerancia a ciertos efectos cardiovasculares.75 Estos efectos en la salud se deben examinar más a fondo, en particular ante el aumento del consumo de “marihuana medicinal" entre personas que tienen problemas de salud y personas de edad avanzada que pueden tener una mayor vulnerabilidad inicial debido a factores de riesgo cardiovascular relacionados con la edad (ver "¿La marihuana es segura y eficaz como medicina?").
Algunos estudios han demostrado un vínculo claro entre el consumo de marihuana en la adolescencia y un mayor riesgo de contraer un tipo de cáncer testicular de gran malignidad (tumor testicular germinal no seminomatoso) que aparece predominantemente en los hombres jóvenes.76,77 La aparición temprana de cánceres testiculares comparada con la del cáncer de pulmón y otros tipos de cáncer indica que, independientemente del modo en que contribuya la marihuana, esa contribución se puede acumular en tan solo unos pocos años de consumo.
Hay estudios que demuestran que en casos aislados el consumo crónico de marihuana puede causar el síndrome de hiperemesis cannabinoide, que es un trastorno caracterizado por episodios recurrentes e intensos de náuseas, vómitos y deshidratación. Se ha determinado que este síndrome ocurre en personas menores de 50 años de edad que han consumido marihuana durante mucho tiempo. El síndrome de hiperemesis cannabinoide puede llevar a quienes lo padecen a la sala de emergencia con frecuencia, pero se puede resolver cuando la persona deja de consumir marihuana.78