El riesgo de infecciones posvacunación por SARS-CoV-2 en las personas con trastornos por consumo de drogas puede ser más elevado

Trastornos de salud concurrentes parecen contribuir al mayor riesgo, sugiere un estudio de los NIH

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Hombre negro con mascarilla durante el COVID.

Un análisis de registros electrónicos de salud de casi 580,000 personas completamente vacunadas en Estados Unidos halló que el riesgo de infección posvacunación por SARS-CoV-2 entre pacientes vacunados y con trastornos por consumo de drogas fue generalmente bajo, pero superior al riesgo de las personas vacunadas que no sufrían un trastorno por consumo de drogas. El estudio, que se publicó hoy en World Psychiatry, estuvo a cargo de investigadores del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA) —que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH)— y de Case Western Reserve University en Cleveland, Ohio.

El estudio también halló que problemas concurrentes de salud y determinantes socioeconómicas adversas para la salud, que son más comunes entre las personas con trastornos por consumo de drogas, parecerían ser los factores mayormente responsables del mayor riesgo de infección por SARS-CoV-2 en personas vacunadas. Las personas con trastornos por consumo de drogas —como alcohol, cannabis, cocaína, opioides y tabaco— también tuvieron índices elevados de desenlaces graves, incluidas la hospitalización y la muerte, luego de una infección posvacunación.

“Ante todo, la vacunación es sumamente eficaz para las personas con trastornos por consumo de drogas, y el riesgo general de COVID-19 entre las personas con trastornos por consumo de drogas que están vacunadas es muy bajo”, dijo la Dra. Nora D. Volkow, directora del NIDA y uno de los autores líderes del estudio. "Debemos continuar alentando y facilitando la vacunación contra el COVID-19 entre las personas con trastornos por consumo de drogas, y reconocer al mismo tiempo que, aún después de la vacunación, este grupo tiene un riesgo mayor y debe continuar tomando medidas de protección contra el COVID-19".

Análisis realizados en las primeras etapas de la pandemia hallaron que las personas con trastornos por consumo de drogas tenían un mayor riesgo de infección por SARS-CoV-2 y eran más propensas a enfermar de gravedad y requerir hospitalización o fallecer a causa de la enfermedad. Este fue el caso en particular entre individuos de raza negra con un trastorno por consumo de drogas. Desde entonces, vacunas que reducen grandemente el riesgo de COVID-19 y de enfermedad grave se han puesto ampliamente a disposición de las personas de 12 años o más.

Sin embargo, los ensayos clínicos que evaluaron la eficacia de estas vacunas no incluyeron específicamente a personas con trastornos por consumo de drogas. Dado que muchos individuos con trastornos por consumo de drogas son inmunodeprimidos debido al consumo y a enfermedades concurrentes, los investigadores formularon la hipótesis de que esta población podría tener un mayor riesgo de infección luego de haber recibido la vacuna.

Para explorar estos interrogantes, los investigadores analizaron registros electrónicos de salud de casi 580,000 personas en Estados Unidos con y sin trastornos por consumo de drogas que estaban completamente vacunadas contra el COVID-19 entre el 1.o de diciembre de 2020 y el 14 de agosto de 2021 y no se habían infectado con SARS- CoV-2 antes de vacunarse. El estatus de infección se basó en el código CIE-10 de diagnóstico de COVID-19 o en la presencia confirmada con pruebas de laboratorio de SARS-CoV-2 y el ARN relacionado.

Los investigadores determinaron la proporción de personas que se habían infectado con SARS-CoV-2 al menos 14 días después de recibir la última dosis de la vacuna en cada grupo. Este análisis se repitió luego de emparejar pacientes con y sin trastornos por consumo de drogas en base a características demográficas, factores socioeconómicos que afectan la salud —como la inestabilidad habitacional o laboral— y enfermedades físicas de larga duración, como presión arterial elevada, enfermedades cardíacas, obesidad o diabetes. El equipo también examinó si las personas completamente vacunadas que presentaban una infección posvacunación tenían un riesgo diferente de hospitalización y muerte en comparación con personas similares sin infección posvacunación.

Los investigadores hallaron que el riesgo de infección posvacunación fue marcadamente mayor en las personas con trastornos por consumo de drogas que en quienes no sufrían esos trastornos: el 7% de las personas vacunadas con trastornos por consumo de drogas tuvieron una infección posvacunación durante el estudio, en comparación con el 3.6% de las personas vacunadas sin trastornos por consumo de drogas. El riesgo de infección posvacunación varió levemente entre las personas con trastornos por consumo de distintas drogas, desde el 6.8% para las personas con trastorno por consumo de tabaco hasta el 7.8% para las personas con trastorno por consumo de cannabis.

El estudio sugiere que el mayor riesgo de infección posvacunación en personas con trastornos por consumo de drogas se debió principalmente a las enfermedades concurrentes y a características socioeconómicas adversas. Cuando se controlaron estos factores, las personas con los mayores trastornos por consumo de drogas ya no tuvieron índices elevados de infección posvacunación. La única excepción fueron quienes sufrían un trastorno por consumo de cannabis; este grupo continuó siendo un 55% más propenso a experimentar infecciones posvacunación que las personas sin trastornos por consumo de drogas, a pesar de que los pacientes con trastorno por consumo de cannabis tendían a ser más jóvenes y a tener menos problemas de salud concurrentes que quienes tenían trastornos por el consumo de otras drogas. Los autores formularon la hipótesis de que factores como los efectos adversos del cannabis en los pulmones y en la función inmunitaria pueden haber contribuido al mayor riesgo de infección posvacunación en este grupo.

Además, entre las personas con trastorno por consumo de drogas que estaban vacunadas, quienes sufrieron una infección posvacunación tuvieron un mayor riesgo de desenlaces graves, incluidos hospitalización y muerte: durante el período del estudio, el 22.5% de quienes tuvieron una infección posvacunación requirieron hospitalización y el 1.7% falleció, en comparación con el 1.6% y el 0.5%, respectivamente, de las personas con trastorno por consumo de drogas que no tuvieron infección posvacunación. Adicionalmente, el riesgo de desenlaces graves luego de la infección posvacunación fue más elevado en pacientes con trastornos por consumo de drogas que en aquellos sin trastornos por consumo de drogas.

"Sabíamos por estudios anteriores que las personas con trastornos por consumo de drogas pueden ser particularmente vulnerables al COVID-19 y a desenlaces asociados graves. Estos resultados destacan que, si bien la vacuna es esencial y eficaz, algunos de estos mismos factores de riesgo todavía son aplicables a las infecciones posvacunación", dijo la Dra. Rong Xu, profesora en el Center for Artificial Intelligence in Drug Discovery en Case Western Reserve University. "Es importante continuar evaluando la eficacia de las vacunas contra el COVID-19 y los efectos a largo plazo del COVID-19, especialmente entre las personas con trastornos por consumo de drogas".

Referencia: L Wang, QQ Wang, PB Davis, et al. Increased risk for COVID-19 breakthrough infection in fully vaccinated patients with substance use disorders in the United States between December 2020 and August 2021. World Psychiatry. DOI: 10.1002/wps.20921 (2021).