El consumo de marihuana puede llevar al consumo problemático—conocido como trastorno por consumo de marihuana—, el cual puede tomar la forma de adicción en casos graves. Datos recientes sugieren que el 30% de las personas que consumen marihuana pueden sufrir del trastorno por consumo de marihuana en alguna medida.18 Las personas que comienzan a consumir marihuana antes de los 18 años tienen entre cuatro y siete veces más probabilidades de adquirir un trastorno por consumo de marihuana que las personas adultas.19
Los trastornos por consumo de marihuana por lo general se asocian con la dependencia, que es cuando una persona presenta síntomas de abstinencia cuando no consume la droga. Quienes consumen frecuentemente marihuana a menudo reportan irritabilidad, dificultad para dormir, problemas de estado de ánimo, menos apetito, deseos intensos de la droga, inquietud o varias otras formas de molestias físicas que alcanzan un máximo en la primera semana después de dejar el consumo y duran hasta dos semanas.20,21 La dependencia de la marihuana se da cuando el cerebro se adapta a grandes cantidades de la droga y reduce la producción de sus propios neurotransmisores endocannabinoides y la sensibilidad a ellos.22,23
El trastorno por consumo de marihuana se convierte en adicción cuando la persona no puede dejar de consumir la droga, aun cuando interfiere con muchos aspectos de su vida. Las estimaciones de la cantidad de personas adictas a la marihuana son controversiales, en parte porque los estudios epidemiológicos del abuso de drogas a menudo usan la dependencia como sustituto de la adicción, a pesar de que es posible ser dependiente sin ser adicto. Esos estudios sugieren que el 9% de las personas que consumen marihuana se volverán dependientes de la droga,24,25 y el porcentaje aumenta al 17% en quienes comienzan a consumir la droga en la adolescencia.26,27
En el 2015, alrededor de 4 millones de personas en Estados Unidos consumieron marihuana o eran dependientes de la marihuana;3 138,000 buscaron tratamiento voluntariamente para el consumo de marihuana.28
Cada vez más potente
La potencia de la marihuana, según lo indican las muestras confiscadas, ha aumentado constantemente durante las últimas décadas.2 A principios de la década de 1990, el contenido promedio de THC en las muestras de marihuana confiscadas era de alrededor del 3.7%. En el 2014, fue del 6.1%.29 Además, nuevos métodos populares para fumar o ingerir el aceite de hachís con alto contenido de THC que se extrae de la planta de marihuana (una práctica que se conoce como dabbing) pueden hacer que la persona reciba niveles muy altos de THC. El extracto común de marihuana contiene más del 50% de THC, y algunas muestras superan el 80%. Estas tendencias causan preocupación en el sentido de que las consecuencias del consumo de marihuana podrían ser peores que en el pasado, especialmente entre quienes recién empiezan a consumir la droga o en personas jóvenes, cuyo cerebro todavía está en desarrollo (ver "¿Cuáles son los efectos a largo plazo de la marihuana en el cerebro?").
Los investigadores no conocen todavía la dimensión completa de las consecuencias cuando el cuerpo y el cerebro (especialmente el cerebro en desarrollo) se ven expuestos a altas concentraciones de THC, ni si los recientes aumentos en las visitas a las salas de emergencia por parte de personas con resultados positivos a las pruebas de detección de marihuana están relacionados con la mayor potencia de la droga. Tampoco se conoce en qué medida las personas ajustan el consumo en función de la mayor potencia y consumen menos o fuman la droga de otra manera. Estudios recientes sugieren que las personas experimentadas pueden ajustar la cantidad que fuman o inhalan según la potencia que creen pueda tener la marihuana que están usando, pero no pueden compensar completamente las variaciones en la potencia.30,31