Probablemente hayan oído hablar de la crisis de opioides en las noticias últimamente. Pero, ¿qué son los opioides y qué tienen que ver con ustedes, los padres de hijos adolescentes?
Si alguna vez su hijo se lesionó haciendo deportes, tuvo algún tratamiento dental doloroso o lo operaron, es posible que le hayan recetado un analgésico que contenía un opioide. Los opioides pueden ser muy eficaces para calmar dolores fuertes durante un corto plazo, como después de una operación, pero también pueden ser muy adictivos, especialmente si se usan en forma indebida.
El riesgo de adicción de quienes consumen drogas es mayor en niños y adolescentes que en las personas adultas. En especial cuando se usan en el tratamiento de niños o adolescentes, los opioides solo se deben tomar para calmar el dolor intenso cuando ningún otro medicamento analgésico da resultado, y solo durante el menor tiempo posible. Y lo más importante: siempre bajo el control estricto de un profesional de la salud capacitado.
Además de los opioides que se recetan para tratar el dolor, hay opioides potentes que se venden en la calle y se usan con el único fin de drogarse, entre ellos la heroína y el fentanilo ilegal. Estas drogas también son muy adictivas. Todos los opioides—especialmente cuando se usan en forma indebida para drogarse y lograr una euforia o “high”, se combinan con otras drogas como alcohol o tranquilizantes o se usan para calmar el dolor sin la supervisión médica adecuada—pueden causar sobredosis fatales.
Aquí, en el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, National Institute on Drug Abuse), hemos creado esta guía para ayudar a los padres a conversar con sus hijos. También tenemos un libro que la acompaña, Los opioides: Información para adolescentes, que pueden compartir con ellos. A veces, iniciar la conversación es la parte más difícil. Espero que estos folletos les sean de ayuda.
Nora D. Volkow, M.D.
Director, National Institute on Drug Abuse