¿Sabía que...?
El uso indebido de opioides puede tener consecuencias duraderas. Cuando los opioides se usan en forma indebida, pueden tener efectos perjudiciales en el cerebro, por ejemplo, hacer que la respiración se vuelva lenta. La respiración lenta puede causar problemas de salud a corto y a largo plazo, entre ellos un estado de coma, daño cerebral y muerte. Algunos estudios han demostrado que el consumo indebido y repetido de opioides también puede afectar el comportamiento de una persona, su capacidad de tomar decisiones y su respuesta en situaciones de estrés, de modo que es importante estar al tanto de cualquier cambio en el comportamiento de los hijos adolescentes.
Los opioides pueden ser adictivos. Son unas de las drogas más adictivas que se conocen. Con el tiempo, pueden modificar el cerebro y crear adicción. Quienes son adictos a los opioides pueden sentir una necesidad intensa de consumir la droga una y otra vez. También pueden presentar síntomas de abstinencia graves cuando no consumen la droga. Estos síntomas negativos de abstinencia, junto con el deseo intenso de consumir opioides, son el motivo por el cual algunas personas continúan consumiendo opioides a pesar de las consecuencias negativas que el consumo tiene para su salud y bienestar.
El consumo de opioides puede afectar todos los aspectos de la vida de un adolescente. Consumir drogas cuando se es muy joven puede derivar en calificaciones pobres en la escuela y malas relaciones con amigos y familiares. El consumo de opioides también puede alterar la capacidad de juicio y aumentar la probabilidad de que el adolescente tome decisiones riesgosas, como tener sexo sin protección o conducir bajo el efecto de las drogas.1–3